Por Ana Laura Coronado Chiw
Humana como soy al limpiarme las uñas,
bordo mi huella dactilar en el cadáver.
Este es el crimen que yo cometí,
trozos de espejo por séptima ocasión,
maldita hasta setenta veces siete;
la manca zurda bailotea su dedal
como se hace girar una pistola.
Hilvana la costura con destreza
a pesar de no tener su mano diestra
y no saber enhebrar sangre en agujas.
Un émbolo de vidrio
teje soplo de muerte a sus arterias.
Es tan fácil cortar ese tendón,
irse a la yugular
con el filo del nudo en la corbata.
La vena cava superior irá menguando
el carrete sin pulso que tensaba la rueca,
el ademán giratorio de sus ciclos vitales,
bajo las yemas del cuerpo amoratado.
Asfixia, pólvora, veneno, una navaja;
quizá sea sólo oxígeno de sobra.
Una soga, un corte, la incisión exacta;
apenas un piquete, una cosa de nada
y tomaré el muñón de alfiletero
para romper cristales tornasol.
Tres gotas ámbar, un manchón escarlata,
La pastosa sustancia del cianuro,
Un paladar de plata azucarado
que traduzca las voces del alcohol.
La manca zurda brinda por el vino:
el tinto caliente que brota en su muñeca,
el whisky seco que evapora su aliento.
Un trago de valor por un cáliz fatal.
Temblor de dedos cada vez más tenue.
—¿La punta acerada ribeteó el ojal?—
Latir de yaga a ritmo prolongado.
—Iba a desovillar el borde de la herida—
Pulsar de estrellas, su vibrar remoto.
—¿Estará mal zurcido el frío de mis pies?—
Ah, un garabato último, sedal siniestro,
pespunte exacto, estado de ebriedad.
Vocación de hilandera mal pagada,
deja en descuido sus hilos infinitos;
fíbula en mano, punza su final.
Ana Laura Coronado Chiw (Ciudad de México, 1978). Egresada de la Escuela de Escritores de la SOGEM. Ha participado con poemas en las revistas Tílde y BalabardOs. Colaboró en dos ocasiones en Radio Sogem dentro del Programa “Los hijos locos”. Ganó el primer lugar en el XVIII Concurso Internacional de Cuento Navideño, Súbito, Breve y Electrónico.
Email: anacoronadochiw@hotmail.es