Por Nancy H. García
Así, de repente un día
como si regresara de Dios sabe dónde
como si despertara de un largo sueño
o simplemente
como si respirara profundo
para continuar el camino…
Así, de repente un día
te encontré en el espejo
me mirabas fijamente
(yo huía de tu escrutinio)
y decías algo
que no pude
—o no quise descifrar—
Volví la cara y otra vez tú, Vida,
me repetiste lo que no he querido saber
…
No intento el suicidio
ni pido la muerte
Simplemente
la vida me estorba,
me queda grande,
me ahoga
No la soporto ni ella a mí
No puede verse en mi espejo
ni yo me reconozco en su sombra
Ella y yo
la vida y yo
somos elementos indisolubles
No podemos ser /
PERO SOMOS
¡Genial!
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