Por David Cacho
Cayeron mis pestañas en la sopa,
se han hundido y ni siquiera sé si puedo verlas,
afuera el clima es incierto,
afuera no existen estaciones ni días en que te pienso,
como puedes verlo, la habitación es una ruina.
Una naranja rueda en el frutero,
de repente el silencio se escabulle,
se cae un plato,
la naranja se seca,
mi casa está deshabitada,
¿puedes verlo?
El día en que se me ocurra salir
no me gustaría que estuvieras disfrutando del sol
y que rieras con encanto,
levantado hojas e insectos mientras pasas.
Se fue mi dolor al despertar
como un relámpago
que destruyera la semilla adánica,
mi dolor se fue como la tinta que se corre;
quedó mi memoria terrenal
en estos ataúdes de flor y canto.
*Texto extraído de Caminar el horizonte, el más reciente poemario del autor.
David Cacho (2000). Estudia el bachillerato, escribe poesía y cuento. Ganador de la décima entrega del certamen “Concurso Infantil y Juvenil de Cuento” organizado por el IEDF. Miembro del taller “poesía en la cornisa” organizado por Proyecto Literal e impartido por Manuel de J. Jiménez.