Por Krizia Tovar
Cuando las sábanas sean tan frías
búscame en los brazos de mi recuerdo,
como antes, como ahora
las llamadas a media noche,
a las ocho aún es temprano.
Búscame en aquel lunes de febrero,
por la mañana, luego de una huida.
En aquel libro olvidado sobre una banca,
quizá pueda mañana estar contigo.
Búscame en el poema de la hoja rasgada
por una esquina.
Pero no pares de buscarme,
constante y firme.
En los siete poemas escritos para ti,
cajas de Pandora de tu esencia,
aquí tienes uno más
para tus horas de leones enjaulados
y pensamientos volátiles.
Búscame sin manecillas de reloj,
en el ala desvanecida de un cuervo
tatuado en mi cadera.
Búscame sobre el azul de mis uñas,
las yemas de mis dedos acariciando
tus labios tras el primer verso que dibujaste
en el aire.
Búscame en la sonrisa que moldea
tu risa cuando al fin somos amantes
y marco con mi lengua el contorno
de tu dedo pulgar.
Búscame tras el último beso robado
y en mis impertinentes confesiones,
quizá tu canción de cuna puedan ser.
Sin importar si a tu lado estoy
o no, búscame.
Hasta romper fronteras y miedos
como papel,
o en las noches en tu auto
acurrucada en tu pecho.
Búscame en ti,
búscame siempre,
búscame sin parar.

Krizia Fabiola Tovar Hernández (Estado de México, 1996) ha publicado en las revistas Reflexiones Alternas , Poetómanos, Awita de chale, Perro negro de la calle y El templo de las mil puertas. Actualmente estudia el último año de la licenciatura en Ciencias Humanas en el Centro Universitario de Integración Humanística.